jueves, 8 de agosto de 2013

Capítulo 3.

El olor a café caliente humeaba desde la taza desechable hasta sus fosas nasales, transmitiéndole esa extraña sensación de estar como en casa nada más cruzar el umbral de la oficina. Sus compañeros se movían ajetreados, un murmullo general le arropaba, a él y a sus profundas ojeras. Pero las disimula con semblante rígido y serio, ese que tanto respeto infunde. Steve se acercó con su habitual entusiasmo. Todavía no había llegado a su mesa y ya estaba arrepintiéndose de todo lo que bebió la noche anterior. Le entregó una carpeta, el nuevo caso.

—¿Qué sabemos? —preguntó automáticamente.
—Varón blanco, treinta y pico. Herida de arma de fuego en la nuca. Tenía una inmobiliaria, los empleados dicen que acostumbraba a tomarse días libres. Tiene mujer y dos hijos, no se explican lo ocurrido.
—¿Algún móvil?
—Yo diría que se trata de venganza, señor. El asesino dibujó una V junto al orificio de la bala.
—¿Con la propia sangre? —Steve asintió— Sangre fría...

Sentándose por fin en su silla, abrió el fichero y comenzó a observar las fotos y los informes.

—Hay cierta premeditación en todo esto. ¿Algún enemigo?

Steve se pensó la respuesta un instante, perdiendo su mirada en los recuerdos.

—Lo único que he podido averiguar es que no era precisamente un tipo amable. Sus empleadas dijeron que era grosero y obsceno. Resultaba desagradable, era un poco autoritario. Aunque la familia no comparte las opiniones.
—¿Y sus amigos? ¿A qué lado de su doble vida pertenecían? —Steve se encogió de hombros, no sabía nada al respecto de sus amigos— Está bien... ¿Qué piensa su mujer de que la engañara?
—¿Qué?
—Oh, vamos, Steve, ¿en serio? Mira el escenario del crimen. Está en perfecto estado, había quedado con una mujer: el cadáver no lleva la alianza. Aquí dice que la encontraron en uno de los cajones... Su esposa había ido a pasar unos días a casa de su hermana, y supongo que los niños estarían en alguna actividad extraescolar. ¡Vaya! Ella ha sido fichada por conducir bebida... Me fascinan estas familias de la clase acomodada, que se esfuerzan tanto por ocultar sus problemas.
—¿De qué hablas?
—Nada, nada —Douglas dejó escapar una leve sonrisa, continuó leyendo—. Seguro que su matrimonio estaba acabado desde hace mucho, y apuesto a que ella es bebedora habitual. Averigua si ha estado alguna vez en alcohólicos anónimos, o todo lo relativo a esa posible adicción. Creo que podremos utilizarlo para que la familia colabore.
—¿Cómo?
—Si conseguimos que la mujer se desmorone, se desmoronarán sus mentiras. Nos ocultan algo.

Steve permaneció inmóvil frente a Douglas, que con un leve gesto de su mentón y sus cejas, provoca en el joven aprendiz una rápida reacción, esfumándose con el objetivo de cumplir las nuevas órdenes. Douglas se disponía, entonces, a estudiar con más atención el informe que Steve le había entregado cuando advirtió algo fuera de lugar. Una carpeta de color negro, no era como las que utilizan en la oficina. No consiguió reconocerla, por lo que se dio la vuelta y alzando la voz, preguntó a quién pertenecía. Nadie sabía nada.

—Patterson, un tío de los de arriba. Preguntó por usted a primera hora, me pareció que llevaba una carpeta similar y...
—Gracias, muchas gracias.

Douglas finalizó la conversación con aspereza, apartando la mirada en cuanto obtuvo la información crucial. No quiere perder el tiempo. Abrió la carpeta con preocupación, y comprobó que en su interior había otra carpeta del mismo tipo de las utilizadas por el FBI hacía ya algunos años. Había un post-it adherido a la superficie.

"No sé muy bien por qué lo he hecho, pero aquí lo tienes. Utilízalo bien y no hagas el gilipollas. E."

Tragó saliva, sujetó la carpeta. Como si alguien se la fuese a quitar. La sujetó con fuerza contra su pecho. Y ahogó lo que era un profundo suspiro, cercano a un sollozo. De repente, le invadió el temor de que no pudiera con todo aquello.

3 comentarios:

  1. Ay, menos mal que me he vuelto a poner al día.
    El segundo capitulo, increíble.
    El tercero, increíble.
    Y cada vez, pues mejor, porque va teniendo chicha la historia y es genial.

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  2. Dios, es genial. Me lo imagino con todo detalle, es casi como estar viendo una serie.
    Estáis hechas unas escritoras profesionales.
    Continuadla pronto por favor,

    Daw.

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  3. Ay dios, digo lo mismo que Daw, es casi como estar viendo una serie, alucinante.
    Todavía no he leído el 4 así que os digo ya... Esa carpeta que tiene lo que necesita. Espero que la use bien.
    Seguid así,
    Lau.

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