jueves, 17 de octubre de 2013

Capítulo 11.

Cruje el sobre color café bajo sus pies. Y sus ojos vislumbran esa V que no le deja indiferente. Es esa misma V que ya ha visto antes. Esa V que desearía no haber identificado nunca. Todavía parado frente a la puerta de su apartamento, abre el sobre con cautela.

No necesita reflexionar al respecto. Está ansioso. Terriblemente ansioso por descubrir el contenido, y ya le basta con controlar esa emoción, enferma emoción. Un mero suspiro le ayuda a recuperar la calma, un mero y profundo suspiro justo antes de extraer una pequeña tarjeta del sobre. "Tu pasado se te viene encima, agente Patterson". Observa la caligrafía, una preciosa cursiva estirada y llena de secretos en cada curvatura que la pluma había dibujado tan sólo unas horas antes de que ese breve mensaje fuera entregado. Pero había algo más en el sobre.

"¿Steve?", pregunta al auricular, recordando a Edmond pedirle que no se involucrara tanto en esto, echándole el sermón de que iba a acabar perdiendo la cabeza.
"¿Es usted, agente Patterson?", suena su voz despierta, posiblemente tras un par de cafés, al otro lado del aparato.
"Sí, escucha... Necesito tu ayuda con algo. ¿Podemos vernos fuera de la oficina?"

Steve escucha aturdido por la insólita situación. El agente Patterson nunca le había llamado antes, ni siquiera para nada profesional. ¿Por qué le llamaba ahora? ¿Qué debía ser eso que él podía hacer por un hombre como Douglas, al que todo el mundo respetaba, el independiente, misterioso y autosuficiente célebre agente?

"Claro. ¿Le parece encontrarnos en la cafetería de Margaret en un cuarto de hora?"
"Voy para allá", y cuelga sin decir nada más, sosteniendo todavía en sus manos esa tarjeta firmada con la V. Ya no era una V cualquiera. Era la V, la V de Grace, la V del último caso... ¿QuéQuién se escondía tras esa V escrita con sangre?

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